miércoles, 4 de noviembre de 2009

PUBLICIDAD TURISTICA

LA PUBLICIDAD APLICADA AL TURISMO

La industria turística dominicana, después de la aprobación de la Ley 84, que elevó a Secretaría de Estado la dirección Nacional de Turismo, y por lo tanto implementó proyecciones desarrollísticas en la materia, empezó a partir de los años 80 un crecimiento, más o menos acelerado, que ha hecho crecer el nombre de nuestro país como destino turístico del área.
Es así como las cifras millonarias que comienzan a barajarse en nuestras estadísticas, y, empiezan a tener un peso específico en los asuntos turísticos de la región del cual no se puede prescindir.
Llegó el momento de la consolidación de la balanza turística nacional con un saldo favorable que fue alcanzado en el año 72, bajo mi persona incumbencia, por primera vez en este país, al registrar un superávit entre lo que gastaron los dominicanos en periplos turísticos por el mundo y los dólares que nos trajeren los turistas que nos visitaron en ese año.
El número de turistas llegados al país ha comenzado a superar el millón de visitantes en una carrera que le ha permitido duplicarse, según, algunos estimados estadísticos, que si bien no son tan confiable, porque en esa materia estamos todavía un poco atrasados, la coincidencia entre varias cifras de distinta fuentes, nos lleva a otorgarles credibilidad.
En cuanto al ingreso turístico anual, en moneda sólida, es decir en dólares, los últimos cálculos hablan de un millón y medio de dólares, lo cual es suficiente para empezar a entusiasmar a cualquiera.
Tenemos que insertar aquí, con permiso del lector, una reflexión que ha empezado a revolotear en mi pantalla mental, con una insistencia, que obliga a tenerla en cuenta.

Turismo Sostenible Cuando Incluye a Todos
Muchos escuchamos hablar de turismo sostenible en los distintos medios del quehacer turístico y económico nacional. En muchos de los casos, con una connotación equívoca del concepto como tal. Según la Organización Mundial de Turismo (OMT), los principios que definen el turismo sostenible corresponden a aspectos ambientales, económicos y socioculturales que deben establecerse de manera equilibrada para su garantía en el largo plazo. Estas características hacen de éste una herramienta estratégica de desarrollo económico local y por tanto una condición sinequanone para el desarrollo competitivo del sector.

El Plan Nacional de Competitividad Sistémica (PNCS) identifica la integración de las comunidades como uno de los pilares para potenciar y garantizar la competitividad de la industria sin chimeneas, a través de modelos de asociatividad que potencien un capital social colectivo. Es, en tal sentido, que plantea el apoyo y fortalecimiento de los modelos de gestión colectiva o clústers, que tomen en cuenta todos los actores que conforman los eslabones de la cadena de valor de la actividad. Uno de los objetivos principales del modelo de clúster es servir de medio para propiciar las condiciones necesarias para garantizar, precisamente la sostenibilidad de sus destinos.

Como ejes transversales basan su accionar en la generación de cambios de paradigmas orientados a las transformaciones locales basadas en mayor inclusión y cohesión social, iniciativas conjuntas, construcción de instituciones locales más fuertes y sobre todo velando por la protección de los recursos naturales como espina dorsal de la sostenibilidad, así como apostar hacia el desarrollo de las comunidades locales, involucrándolas en la protección de los atractivos turísticos de sus respectivas regiones.

Para apostar a un desarrollo turístico competitivo se hace necesario igualmente contar con una fuerza de trabajo altamente capacitada que permita a sus recursos humanos responder a las exigencias demandadas por los turistas nacionales e internacionales. Asimismo, un sector diversificado, territorialmente planificado y ordenado que cuente con una plataforma eficiente que garantice la salud y seguridad de sus visitantes internacionales y consumidores locales y que esté ampliamente articulado con la sociedad, la economía y la cultura nacional.

Para la diversificación de la oferta, es imprescindible poner en valor los recursos culturales y naturales del país en base a una estrategia de empoderamiento a través de la comunidad social.
Esto se logra creando conciencia en las comunidades sobre sus valores culturales y naturales para que se conviertan en sus defensores y promotores de lo que somos. Para tales fines, se necesita implementar una estrategia nacional de cultura de largo plazo, donde se contemple la participación comunitaria en dichas actividades.

Es necesario igualmente velar por la rigurosa aplicación de un marco regulatorio que permita además de preservar los patrimonios culturales, mantener el potencial de la relación entre turismo y cultura cerca de los actores comunitarios con miras a asegurar la calidad de la interpretación cultural.

Iguales premisas recomendamos para las artesanías. El subsector artesanal se convierte en una de las actividades más importantes para potenciar la integración comunitaria en la actividad turística. La misma tiene correlación directa con los valores culturales contribuyendo hacia la conservación de la identidad y diferenciación así como potenciar las capacidades creativas e innovadoras de los comunitarios. Es en tal sentido que consideramos necesario que se continúen todos esfuerzos orientados hacia la formación, capacitación, mecanismos de facilitación de financiamientos para las MiPymes que se puedan desarrollar en esta y otra rama económica.

Estas ideas generales, basadas en los lineamientos del capítulo de Turismo del Plan Nacional de Competitividad Sistémica (PNCS), “Turismo como motor del crecimiento competitivo y del desarrollo sustentable y globalmente competitivo”, buscan aportar hacia el avance de una nueva etapa de desarrollo turístico competitivo y sustentable. Partiendo de la experiencia y resultados de la mesa de trabajo sectorial de turismo del Primer Foro Nacional de Competitividad y Desarrollo Productivo de República Dominicana, se hace necesario además de asegurar la sostenibilidad de las actuales zonas turísticas dotándolas de la infraestructura, servicios y condiciones adecuadas del entorno, el desarrollo de un sistema ágil y eficiente de formación y certificación de recursos humanos para el desarrollo de un turismo de alto valor agregado.

Es igualmente necesario promover el desarrollo de nuevos segmentos de mercado, productos y modalidades de turismo que eleven el valor agregado de la actividad, a través del fomento del desarrollo de actividades complementarias, en particular aquellas que incorporan el acervo cultural y medioambiental a la oferta turística. Así la consolidación de una estrategia marca-país que promocione el conjunto de potencialidades del país tomando en cuenta, además de nuestro potencial turístico, tres elementos esenciales como son el ciudadano, como un elemento vital de la sociedad, el comercio y las inversiones.

Estos elementos, debidamente articulados y correctamente ejecutados bajo un compromiso y visión de largo plazo por parte de los hacedores de políticas públicas, sector turístico privado y sociedad civil, nos permitirán apostar con certeza y sin temor a equivocarnos, por un turismo competitivo, capaz de contribuir a un bienestar económico y social de todos los dominicanos.

Otros entendidos en la materia están diciendo que hay que empezar ya a mejorar la calidad del Turismo en la República Dominicana. Esto es, que debemos poner los ojos en el "alto turismo", es decir, aquel que tiene dinero y que es espléndido al gastar. Un turismo de clase que produzca utilidades en la operación, en lugar de pérdidas.
Para finalizar queermos decir que nuestro país ha tenido un gran triunfo al crear, con el esfuerzo mancomunado, en cierta forma, de sus sectores público y privado, levantando su imagen de una posición subalterna y deslucida, a otra relevante que muchos ya empiezan a tomar como modelo.

Esto es cierto, pero también hay que decir que por la dejadez que en algunos períodos ha exhibido el sector oficial y su incumplimiento como factor controlador de la reglas del juego, diseñador de políticas operacionales. Nuestro desarrollo turístico presenta muchas deficiencias, omisiones y errores que es preciso corregir con urgencia, para evitar males mayores, como única forma de impedir un deterioro grave a mediano o lago plazo.


Estudiante de turismo Francisco Dias





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