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miércoles, 13 de enero de 2010

RESUMEN DEL LIBRO INTELIGENCIA EMOCIONAL

En este resumen de este libro vemos la importancia de la herramienta principal del éxito porque gracia al descubrimiento de los que es la inteligencia emocional donde existe un explicación científica de la manera en que los valores que nacen del perfil del emocional de cada individuo, los cuales modelan los que es l claves del éxitos personal de los directivos en las empresas atravez de la decisiones y la satisfacción de uno mismo en el entorno laboral.

A través de los verdaderos conocimientos y comprensión de los sentimientos y las emociones, el optimismo la capacidad de lo individuos los cuales son importante a través de una inteligencia analítica y un pensamiento lógicos a los que se encuentran cerca conociendo los temperamentos de cada unos de ellos.

Resumen

Siento y pienso, luego existo, desde la antigüedad se formula las teorías de que existen los cuatro temperamentos colérico, melancólico, sanguíneo y flemático igual que las forma terrenales, agua, aire tierra y fuego


Es la vida la que nos da lo que somos. La vida por sí misma es un valor importante, nos encontramos en un entorno que no hemos escogido, nos reciben unas manos que nos abrazan con más o menos intensidad, en un medio más o menos ruidoso; no hemos escogido nada, pero vamos creciendo, y poco a poco vamos eligiendo y tomando opciones, vamos modelando y haciéndonos constantemente.


La psicología no se ha interesado más que de modo marginar como y en que medidas los procesos anímicos son atribuidos a procesos físicos y bioquímicos sin que se hayan involucrado a estudiar ante todo el comportamiento.


Llega un momento en el que hemos de dejar de culpar a la vida de lo que hemos logrado y perdido, y asumir la responsabilidad de nuestros actos, o la pasividad de nuestra actitud. Es cierto que no somos responsables de sentir como nos sentimos pero sí de que hacemos con esos que sentimos.


EL entorno y la socialización la experiencia de la infancia y la educación se han considerado como factores decisivo de la personalidad y del carácter en casi todas las teorías de las y sobre las emociones, percibir conscientemente nuestro estado de ánimo, nuestros recursos e intuiciones; dónde estamos, qué tenemos y qué necesitamos, para emprender el camino.


Es una de las claves de la Inteligencia emocional, y el punto de partida básico para sumergirse en la gestión emocional tanto de emociones agradables como desagradables.


Tal y como nos comentaron Doris Martin y Karin Boeck (2001) .La Autoconciencia es donde se sustenta el resto de las habilidades emocionales. Únicamente quien sabe cómo se siente en ese momento y por qué siente lo que está sintiendo, es capaz de encauzar sus emociones, regularlas y ordenarlas en la conciencia”.



Imaginemos la tremenda paradoja que supone estar buscando algo que no sabemos qué es; o quizá creemos que necesitamos algo que realmente no es lo que falta. Si no somos conscientes de lo que necesitamos, difícilmente podemos llegar a estar plenos.


El ser humano se caracteriza porque goza de la capacidad de ser consciente de sí mismo y a su vez, la falta de esa consciencia puede ser una de las fuentes de sus males.

Gracias a la Auto-conciencia es posible que:


Conozcamos nuestras sensaciones

Los sentimientos que generan estas sensaciones

Las valoraciones que hacemos de esas emociones

Las decisiones que tomamos, las intenciones ante todo ello

Las conductas o actos que llevamos a cabo en consecuencia


En este sentido, la Auto-conciencia funciona a modo de termómetro interior de forma que nos orienta si nuestros actos y decisiones están o no de acuerdo con nuestros intereses o necesidades. Cuando no hacemos caso de nuestras necesidades, o las desviamos por otras vías, surgen los problemas de salud, u otros trastornos en nuestro funcionamiento como:

Sensación de bloqueo, de no fluir o falta de recursos.

Cansancio

Debilidad

Hipersensibilidad y labilidad emocional

Confusión

Apatía


Desmotivación permanente y aparente, escondiendo bajo ella la ira que va reprimiendo acumulándose. Estos forman partes de los que es la sabidurías universal que los sentimientos alteran el pensamientos y los sentimientos de las personas una de la forma más frecuentes y a la vez dañinas es la del control se ha de demostrar que uno es “competente y nada se le escapa”


De hecho, pocas cosas se le escapan, pero supone una misión imposible como meta, por que es difícil controlar todo lo inesperado; además, a la larga resulta ser una actitud agotadora por que se siente la necesidad de controlar, no sólo lo que compete a uno misma sino también a su entorno.


La invulnerabilidad es otra máscara de elevado coste; la persona que se vive a sí misma como soy fuerte, soy capaz de superarlo todo, tiene dificultades para poder asumir la posibilidad de que es posible que no lo consiga todo.


Por ello, les es imposible expresar y aceptar su miedo o inseguridad, por que no se permiten sentirlo es importante poder reconocer nuestras propias emociones como la ira, la tristeza los cuales son mecanismo de supervivencias que forman pare de nuestro propio bagaje básico emociona como mecanismo de supervivencias los cuales no se pueden desconectar o evitar. Cuando en algún momento, una vivencia emocional intensa, o la acumulación de situaciones que no han sido canalizadas, puede darse lo que es denominado como el secuestro emocional; la emoción adopta las riendas de nuestros actos y decisiones, y la capacidad de razonamiento se desactiva.



Para que esto no ocurra, es necesario que desarrollemos un trabajo de autoconocimiento y detección de cuáles son las experiencias emocionales significativas para cada uno de nosotros, además de fijarnos en cómo respondemos ante las mismas. Es decir, cómo controlar y canalizar aquello de lo que ni siquiera conocemos ¿O lo que no aceptamos?


A Una de las cosas que más nos cuesta aprender es hacer aquello verdaderamente necesario para conseguir nuestro equilibrio vital. Soledad Puértolas nos dejó estas interesantes palabras: Siempre y cuando una persona tenga una cantidad razonable de sentido común y de experiencia, su propio modelo de arreglar su existencia es el mejor; no por que sea el mejor en sí mismo, sino por el hecho de que es el suyo.


En ese caso, hemos de valorar, además del mapa emocional de cada uno los valores personales, las prioridades e intereses esenciales-, la valoración racional de experiencias anteriores vividas. En resumen, se trata de decidir qué puede beneficiar a nuestra adaptación inteligente, y qué responde a nuestro impulso repentino.

Sea como fuere, además de nuestro poder y responsabilidad para tomar decisiones, hemos de asumir también la presencia de unos factores y una realidad que no podemos cambiar ni eludir. No somos libres de elegir aquello que nos sucede, pero si podemos escoger la actitud que adoptamos ante ello, además de la respuesta que vamos a dar.


La sabiduría es el adecuado discernimiento sobre cuándo somos libres de poder incidir en la realidad, y cuándo no resta sino aceptar lo inalterable. Sabemos que no todo juega a nuestro favor, y es conveniente cultivar algunas actitudes necesarias para encajar esas situaciones.


hemos de tener la suficiente claridad para valorar dónde y cómo podemos intervenir activamente para adaptar esa situación de forma más positivo Si bien es cierto que la Auto-confianza requiere creer y actuar según la idea de que es posible, en caso de que no logremos el objetivo planteado es comprensible que surjan la rabia, tristeza o alguna otra emoción parecida; comprensible y justo. De todas formas, una vez concedamos su espacio a estas emociones, la persona no se hunde por lo que considera un fracaso; obtiene nueva información para emprender un nuevo intento.



Por otra parte, es necesario diferenciar entre confianza y excesiva seguridad -o algo cercano al orgullo o vanidad-. Por eso, es necesario valorar la situación desde una perspectiva realista haciendo un inventario de las fortalezas y puntos menos fuertes las que nos ayudan a tomar decisiones en nuestra vida las cual esta llena de decisiones como cualquier elemento de nuestra vida


Las fortalezas nos ayudarán a guiarnos para que nuestros proyectos estén encaminados valiéndonos de estas cualidades de las que ya gozamos, los puntos más débiles que tenemos que desarrollar, nos permiten ver qué aspectos hemos de controlar más, para de esa forma fortalecer más nuestra confianza en la forma que hablamos de las emociones


La expresión popular de que querer es poder no siempre funciona literalmente, y hemos de saber aceptar que no es una garantía. Es cierto que la actitud de la persona tiene una gran influencia, pero también se ha de tener en cuenta otros factores que influyen en la situación. Cuando las propias cualidades personales no ofrecen una actitud de Autoconfianza, se requerirá un esfuerzo mayor a la hora de identificar las fortalezas y trabajar la actitud y los pensamientos.


El desarrollo de la Auto-confianza exige tener en cuenta unos compromisos con uno mismo tales como:


Estar en contacto con el sentido de la realidad los intentos y estar preparado para no cometer errores y desarrollar una actitud auto-mantenida de implicación de nuestra inteligencia con la cual podemos controlar nuestras emociones.


La Autoestima es el resultado de lo que hemos recogido de las interacciones habidas con personas significativas emocionalmente especialmente en los primeros años; además se forma gracias a las valoraciones que cada persona internamente hace en torno a esas relaciones. En función de todo ello se construye la valoración interna que cada persona hace de su estima o sentimiento afectivo respecto a sí misma. Es un término referido a la valoración que una persona hace de sí misma.


Las primeras bases de la Autoestima comienzan a crearse a partir de las reacciones y actitudes afectivas de nuestros padres y primeras personas de referencia: en medio del egocentrismo del bebé que se cree el centro de los afectos, recibe de ellos la atención positiva, los elogios y ello promueve conductas que retroalimentan, creando la idea de que somos importantes para ellos.


A medida que pasan los primeros años el niño percibe que hay más mundo más allá de él y va saliendo de su egocentrismo pero las reacciones afectivas siguen siendo válidas para construyendo su autovaloración positiva.


Todo esto despierta una mayor actitud de estímulo para desarrollarse a diferentes niveles, a medida que vamos madurando, nuestra autoestima se irá viendo influenciada según la valoración personal interna que hacemos de nuestros actos y retos.


Es el momento de aprender a extraer aprendizajes de lo que consideramos no aciertos más que fracasos -por el impacto que pueden generar tanto en la autoestima como en nuestra autoconfianza.


Una buena forma de potenciar nuestra autoestima y mejorar la relación con nosotros mismos es mediante los pensamientos y actitudes positivas que nos rodean.


Es nuestra decisión si nuestra atención se va a dirigir solamente a los aspectos negativos que nos preocupan o si elegimos alimentarnos de los aspectos positivos que también existen; sólo que no estamos habituados a prestarles atención: por eso, frecuentemente, ni siquiera los percibimos.


Las personas con autoestima baja:

Se muestran inseguras, creen poco en sí mismas.

Tienden a considerar que las dificultades emanan de sus propias debilidades o faltas.

Tienen pocas habilidades para encauzar los conflictos personales -se quedan sometidas o reaccionan con agresividad.


Muestran un rendimiento más bajo, de forma que frecuentemente no llegan a alcanzar sus objetivos.

Hay mayor tendencia a la culpabilidad.


Que los contextos de interacción que sienten cierto temor a ser rechazadas, por lo que tienden a mostrar actitudes de bloqueo o inhibición delante de otra persona.

Por otra parte, las personas con un alta autoestima:


Muestran vitalidad y actitud pro-activa para hacer frente a sus retos personales.

Aprovechan las experiencias para fortalecer su personalidad.

Utilizan la flexibilidad y la creatividad para hacer frente a las diferentes situaciones.

Actúan con mayor independencia y autonomía.


En los contextos interacciónales muestran una gran habilidad para establecer contacto y desarrollar las conversaciones.

El reconocimientos de las propias emociones son el alfa y la omega de las competencias emocionales saber etiquetar y percibir las señales emocionales es poder dirigirla y ahondar en ellas atravez de optimismo e la higiene mental que como un potencial innato se va transformando de forma efectiva por un optimismo realista los que no ayudara a estar en el lugar de otra persona por medio de un aprendizaje corporal en beneficio de nuestra propia personalidad lo cual no permitirá lograr que nuestras emociones determinen

El verdadero triunfo en nuestra vida y nuestros sentimientos.

Al finalizar este análisis de las inteligencias emocional me doy cuenta de que esta obra no muestra las claves que nos determinan nuestra emociones y como se describen todas las formas y las combinaciones de ellas con , la razón de ser ejecutada en el cerebro humanos como parte integrar de los seres humanos , con un modo muy explicita los cual no ayuda a comprender las posibilidades de la inteligencia y las emociones los que permite a los individuos poner en el potencial las maneras de aprovechar las capacidades que tenemos en el largo caminar de la vida.

LA VOLUNTAD

Voluntad
¿Qué es la voluntad?
Aunque algunos intelectuales pretenden asimilar al hombre con los animales, la psicología nos enseña que el ser humano es superior a los animales, porque tiene inteligencia, afectividad, libertad y sobre todo voluntad.

La palabra voluntad procede del latín voluntas-voluntatis, que significa querer. Es un acto intencional, de orientarse con decisión hacia algo que considera positivo y valioso. Podemos distinguir en esta facultad tres ingredientes:
- Una tendencia o preferencia por algo. Es tener un anhelo, una aspiración.
- Una determinación o decisión firme por algo concreto, después de haber evaluado las distintas posibilidades que se presentaban.
- Una acción o puesta en marcha de toda la personalidad para conquistar aquello que se quiere.

Habría que distinguir entre el desear y el querer. El desear sería pretender algo desde el punto de vista afectivo o sentimental, pero de forma superficial. Algunos jóvenes lo expresan diciendo: "Esto me apetece", "no me apetece". Este deseo, que tiene sus raíces en el plano sentimental, no conduce a nada o a casi nada.

El querer, sin embargo, es más racional. Nace del análisis y evaluación de los valores e ideales y conduce al hombre maduro hacia metas alcanzables.
En el proceso de la voluntad podemos distinguir cuatro fases:

1. Conocer el objetivo que pretendemos alcanzar. El adolescente que no ha aprendido a decir que "no", quiere abarcar demasiadas cosas y esta dispersión le lleva a no avanzar en sus propósitos. Por el contrario, el hombre maduro se para a pensar y concreta de forma clara lo que pretende alcanzar.

2. Tener cierta motivación o ilusión por algo sugerente y atractivo que le empuja a luchar para conseguir la meta lejana y valiosa. Por contra, algunos jóvenes de definen "pasotas", sin ideales y sin motivación. Desde la indiferencia no se puede cultivar la voluntad.

3. La deliberación o análisis detenido de los medios y los fines. ¿Compensa hacer todo esto? ¿Vale la pena esforzarse por conseguir ese proyecto, o esa mejora en la personalidad, o esas buenas notas en los estudios, o esa capacitación profesional?

4. La cuarta fase es la decisión o tomar una determinada determinación (como decía Santa Teresa de Jesús) de conseguir algo. El hombre maduro es capaz de proponerse objetivos concretos en su vida y poner su empeño en alcanzarlos.


Inteligencia
Es la capacidad que tienen los sistemas homeostáticos de conservar su estado termodinámico preferente. El cerebro humano cuenta con esta capacidad, al igual que cualquier otro ser vivo con un sistema de transferencia de cargas homeostático.
Teniendo esto en cuenta, se definen diferentes niveles de inteligencia, siempre basado en la capacidad de adaptación del organismo en cuestión. A mayores capacidades mayor inteligencia.


La inteligencia y la conciencia son dos conceptos que están relacionados pero que no son equiparables. Podemos encontrar seres vivos con inteligencia pero sin conciencia. Así también podemos encontrar seres vivos con conciencia pero sin la inteligencia que se espera de sus capacidades ontogénicas.


Así pues, la inteligencia es el factor individual que se opone a la degradación termodinámica, dotando al ser vivo que la posee de capacidades de optimización energéticas que emplea en su forma de relacionarse con el medio. Si el individuo no cumple con las capacitaciones ontogénicas preferentes, es un miembro débil de su comunidad y por lo tanto establece una carga social.
Inteligencia formal


La inteligencia, es la capacidad evolutiva por la cual el individuo es capaz de tomar decisiones dependiendo de su entorno, y mejorar sus condiciones de supervivencia, como individuo, como grupo o como especie, es decir, la inteligencia es dinámica e interactiva, es la capacidad de resolver problemas, elaborando productos valorados por una comunidad.


Esta definición se basa en que, no vivimos para pensar, sino que pensamos para vivir, evolutivamente hablando, los seres más simples reaccionan ante el medio por programación genética, miedos y afinidades instintivas, un pequeño cambio en estos instintos supone muchas generaciones, para que la adaptación al medio sea más rápida son los propios individuos, los que han de reprogramar sus comportamientos, aprendiendo del medio y reaccionando en consecuencia, esto es con inteligencia.


La inteligencia no es una cualidad únicamente humana, (solipsismo humano), en mayor o menor medida todos los seres vivos la tienen, basada en las hormonas, la vísceralidad, el sistema nervioso periférico o el central, incluso con zonas especificas del sistema nervioso central para procesos concretos.


Inteligencia humana
Según Howard Gardner, creador de la Teoría de las inteligencias múltiples, en el ser humano pueden distinguirse:
Inteligencia Formal, que está dividida en áreas como:
Inteligencia Lingüística
Inteligencia Lógica Matemática
Inteligencia Espacial
Inteligencia Física y Cinestética
Inteligencia Musical
Inteligencia Interpersonal
Inteligencia intrapersonal
Inteligencia Social
Inteligencia Emocional

Inteligencia corporal:Capacidad para usar todo el cuerpo en expresión de ideas y sentimientos.

¿Qué es la inteligencia?
Hoy en día la inteligencia es un tema que se encuentra en el punto de mira de muchas discusiones por parte de distintas disciplinas, como la psicología, la medicina, la filosofía, etc. Hasta ahora se había medido la inteligencia humana con ayuda de tests en que se ponía a prueba las capacidades numéricas, lingüísticas o espaciales de cada persona. Pero se ha visto que esto ha sido un error, pues hemos estado tan interesados en medir la inteligencia dedicada a resolver problemas técnicos, que hemos olvidado otras habilidades del ser humano como son la comunicación afectiva o la inteligencia emocional.



La teoría que más se ha impuesto últimamente es la de la inteligencia múltiple de Howard Gardner. Dice que no tenemos una sola capacidad mental, sino varias, concretamente siete: la lógico-matemática, la espacial, la lingüística, la musical, la corporal, la interpersonal y la intrapersonal. Por tanto, cuando queremos medir la inteligencia de un sujeto, lo debemos hacer basándonos en todas ellas, no sólo en unas cuantas.


La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, etc., que le permiten enfrentarse al mundo diariamente.


La inteligencia es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas, cosa que también son capaces de hacer los animales e incluso los ordenadores. Pero el ser humano va más allá, desarrollando una capacidad de iniciar, dirigir y controlar nuestras operaciones mentales y todas las actividades que manejan información. Aprendemos, reconocemos, relacionamos, mantenemos el equilibrio y muchas cosas más sin saber cómo lo hacemos.

Pero tenemos además la capacidad de integrar estas actividades mentales y de hacerlas voluntarias, en definitiva de controlarlas, como ocurre con nuestra atención o con el aprendizaje, que deja de ser automático como en los animales para focalizarlo hacia determinados objetivos deseados.


La función principal de la inteligencia no es sólo conocer, sino dirigir el comportamiento para resolver problemas de la vida cotidiana con eficacia. Hasta ahora la interpretación errónea de que la inteligencia sólo servía para resolver problemas matemáticos o físicos había dejado de lado las capacidades personales de resolver problemas que afectan a la felicidad personas o a la buena convivencia social.

Autoconciencia
Definición: Es la conciencia de sí mismo, o conciencia de tener conciencia. En el listado de las emociones, muchas de ellas parten de la autoconciencia, de la introspección o del autoconocimiento.

La autoconciencia tiene mucha similitud con el sentido común, ya que ambos parten de unificar los aportes de los diversos sentidos fisiológicos.
emoción
introspección
atención
sentido fisiológico
conciencia
sentido común
emoción

Definición: Un fenómeno conciente de capacidad de respuesta a estímulos reforzados. El humano responde a circunstancias y a entradas específicas con combinaciones de reacciones mentales y fisiológicas. Las reacciones mentales son parte del conocimiento. Las respuestas fisiológicas varían, pero involucran al sistema